Más de 30 personas había en aquel lugar, entre palabras y gritos ensordecedores de aquel día de desorden académico resaltaba su voz; mis oídos buscaban ese tono diferente que alteraba mi concentración.
Allí está, sonriendo, mostrando su sonrisa al mundo mientras yo solo puedo concentrar mi atención en esos labios rojos, labios que profanan la imaginación de este hombre que en un instante casi sintió besarles.
La tentación es cada vez más intensa, siento deseos de acercarme, tomar su rostro y besarle con tanta pasión que su cuerpo se estremezca y sienta venir de lo más profundo de sus entrañas el placer al sentir mis labios chocar con los suyos, provocar una explosión de sensaciones que le obliguen a despojarse de sus ropas y llevarla al suelo de aquel salón sin importar quien mire y explorar su cuerpo en tal medida que no quede fragmento de piel virgen.
Con el corazón acelerado y la respiración agitada imagino sus gemidos...
Riiinnnggg !!!
La campana, vil enemiga del momento, me aterriza de nuevo en la realidad de un solo golpe impidiendo que continúe mi recorrido por su cuerpo virgen y ajeno, tan solo un día más de deseo inalcanzable, tan solo un día más de desear sus Labios Rojos.
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